Bueno una vez sabemos de dónde partimos y que no estoy
sola en esto pues la mayoría no sabe muy bien de que va este tema, empezamos
por saber que para denominarlo adecuadamente no podemos hacer referencia a
ellos como textos populares pues el significado varia de procedente del pueblo
a muy conocidos, así que la mejor forma de llamarlos es textos folclóricos o
textos de tradición cultural.
Después de denominarlos adecuadamente pasamos a ver
cuáles son sus características y así poder distinguirlos con exactitud:
· Son
textos populares entendiendo, populares como pueblo. Los crea el pueblo, nacen
en el pueblo y se trasmiten y se conservan en el pueblo, hasta que alguien los
pone por escrito.
· No
tienen autor. Es decir, que tienen tantos autores como personas han contado esa
historia a lo largo del tiempo.
· Se
trasmite oralmente tanto horizontal, como verticalmente. Horizontalmente: en la
misma época hacia los mismo lugares. Verticalmente: de generación en
generación.
· El
origen es desconocido en prácticamente todos los casos. Se puede saber que
versión es más o menos reciente, pero no cuando nació dicha historia.
· Son
familiares no infantiles. Tenían como fin entretener en las noches antes irse a
dormir. Daba igual si había niños o mayores, se contaban como tal.
·
Tienen multitud de variantes. Nunca hay que hablar de que algo es verdadero.
· En
los cuentos se refleja la sabiduría popular.
· Los
cuentos folclóricos no tienen moraleja, por lo general, sino que tienen
enseñanzas.
· Los
textos folclóricos son reflejos de las épocas que pasaron, aunque los que
fueron recogidos reflejan la época en los que fueron recogidos. → No son machistas.
·
Reflejan los sueños y deseos de la gente del pueblo.
Y en toda esta definición apreciamos que en ningún
momento se pueden atribuir estos textos a la infancia, aunque como dijimos en
el primer bloque los niños eran participes.
Detallamos esta definición adentrándonos en los tres
géneros literarios:
En el teatro folclórico todo de carácter
religioso: autos de navidad, de semana santa, la pasión, donde actuaba todo el
pueblo y se transmitían el papel de padres a hijos. Esto ha sido así durante
muchos siglos.
Teatro folclórico pagano también existía, aunque poco,
donde hacían representaciones obscenas y sexuales.
Hay unas representaciones folclóricas paganas que
están especialmente dedicadas a los niños, llamados “títeres de cachiporra”
(cuando un títere malo le roba algo a otro títere y los niños avisan al títere
bueno donde está el malo). Este tipo es el más antiguo de todos.
A día de hoy podemos decir que están casi en
extinción, aunque yo no pueda entenderlo, pues a los niños les encanta, además
interactuar con los personajes y tomar decisiones dentro de las historias les
hace emocionarse y se atribuyen la importancia a ellos mismos que se merecen.
En la poesía folclórica es en la única en la
que podemos encontrar multitud de textos infantiles.
Existe al igual que en el teatro poesía folclórica
religiosa (oraciones, villancicos…) siempre va unida a la música, el baile o
movimiento corporal, y trata temas cómicos, de amor, sexuales… pero lo que nos
interesa es la infantil, la eminencia en este tema es un catedrático de la UCLM
que se llama Pedro Cerrillo. El divide los textos en nanas, canciones de
corro, de pasillo, canciones de acción y movimiento, religiosos, etc.
Es evidente que no sólo en mi experiencia en las
prácticas de la escuela, en mi experiencia profesional sino también en la
cotidianidad de la vida se puede apreciar que la poesía folclórica es el día a
día de los niños, principalmente en ciertas edades. Aunque esta evolucione,
como prácticamente todo en este ámbito, en ella me percato de una
característica muy propia y es que en muchas ocasiones esta evolución es
discutida por mayores y pequeños pues los adultos también las cantaron y los
pequeños varían algunas palabras. Es el momento en el que se junta la evolución
con la tradición de una forma simple y llena de belleza.
Cuando hablamos de narrativa folclórica o cuentos
folclóricos no existen las novelas como tal, todos son cuentos.
Son textos en prosa que se trasmitía de boca en boca.
De toda la literatura folclórica este es el género que menos interesaba, porque
era una cosa del pueblo y los grandes literatos y estudiosos no querían
estudiarlo. El primero que recopila los cuentos folclóricos fue Charles
Perrault.
Hasta finales del siglo XIX principios del XX no se
estudian los cuentos folclóricos porque siempre se han tenido como de poca
calidad literaria. El primero que lo estudia fue Bladimir Propp, al que se le
considera el primer folclorista de la historia. Propp era antropólogo, y
clasificó los cuentos por primera vez, a través de su investigación de análisis
de los cuentos. Finalmente publicó “Morfología del cuento” que recopila todos
sus estudios. Recoge todos los cuentos rusos que puede, todos completamente
diferentes, por lo que decide clasificarlos en cuatro grandes bloques, que se
pueden generalizar a todos los del mundo:
Mitos: en este grupo entran los mitos, en los que los personajes son mitológicos, fantásticos, dioses, también entran las leyendas hagiográficas que son las leyendas en las que los protagonistas son santos o personajes religiosos, pero de religiones vivas. Y todas las demás leyendas. Como por ejemplo Hércules.
Cuentos de animales: en esta categoría entran los cuentos en los que
todos los personajes son animales. También entran en este grupo las fábulas,
que son de carácter moralizante y paraliterario y tienen moraleja y los
personajes son animales que representan vicios y virtudes humanas. Y lo que
podemos llamar cuentos de animales, que solo tienen como fin entretener, en los
que los animales representan roles humanos. Como por ejemplo Los Siete
Cabritillos.
Cuentos de hadas: tienen un personaje fantástico mezclado con
situaciones realistas. Como por ejemplo El Gato con Botas.
Cuentos de fórmula: en este grupo se meten aquellos cuentos en los que
te tienes que aprender o todo el cuento de memoria, o al menos una parte porque
si no, no los puedes contar. Como por ejemplo El Gallo Quirico.
Otras clasificaciones:
· Rodari:
pedagogo italiano y escritor, gran defensor de la creatividad infantil, creó
una clasificación de los cuentos folclóricos. Iba por las escuelas haciendo
talleres con los cuentos folclóricos, cambiando cosas que no les gustaban, como
cambiar el final del cuento, añadir nuevas partes, cambiar a los buenos por los
malos y viceversa, etc.
· Sara
C. Bryan: fue la primera cuentacuentos infantil de la historia y también
creó una clasificación por edades de los cuentos basándose en su propia
experiencia con los niños. Escribe el “Arte de contar cuentos”.
En mi opinión la idea de Rodari es muy interesante,
sin menospreciar las formas tradicionales de transmisión, el reinventar me
parece algo siempre, positivo salga bien o no y más aún si en el colectividad.
Como ya comenté en la reflexión del bloque I, durante
mis prácticas pude ver cuentos de casi todos los bloques en los que clasifica
Propp, menos mitos, pues la elección era imprevista ya que eran los cuentos que
los niños traían y no existía ningún tipo de sesgo.
También descubrimos la historia de la literatura
folclórica. Esta no ha interesado hasta que lo estudió Propp. Sólo hubo
algunas personas que recogieron estas historias, como Alfonso X el Sabio.
En el siglo XVIII, en Francia, el Rey Sol consideraba
que cuando llegaba la tarde le tenían que entretener las cortesanas. Este
hombre descubrió los cuentos de las mil y una noches y a partir de ahí le
encantaban los cuentos y todas las noches tenían que contarle uno. De paso que
adaptaban cuentos o los escribían pues los publicaban para todos los públicos,
y aprovechando este boom pues todo el mundo se puso a contar cuentos. Las amas
de cría contaban cuentos populares a los niños, de paso mucha gente de la
nobleza las escuchaban para luego contárselos a rey.
Uno de ellos fue Charles Perrault, que era un
humanista estricto, que pensaba que en la corte de Luis XIV solo se pensaba en
lo carnal y decidió que eso había que cambiarlo. Y él entre los cuentos celtas
y los que escuchaba de las nodrizas, el escribió unos cuentos adaptados para la
corte (él de forma intencionada, cambiaba cosas de los cuentos para cumplir sus
objetivos). El no era recopilador, era adaptador porque los adaptaba a sus
objetivos, moralizar a la corte del Rey Sol, convirtiendo así los textos en
paraliterarios.
Esta colección de cuentos además de contarse en
palacio también las publicó. Se llamaban cuentos de hadas por Charles Perrault,
pero lo llamaban los cuentos de Mamá Oca y añadió a todos una moraleja final
que la incluyo en verso en la que dejaba claro cuál era la enseñanza que había
que sacar.
La primera mitad del siglo XIX nace un movimiento, el
romanticismo. En el romanticismo hay una característica política que es que al
ser egocéntricos, los románticos se vuelven nacionalistas, es decir, defensores
de lo propio.
Los hermanos Grimm eran alemanes y pertenecían a esta
época, ellos hicieron el diccionario de la real academia alemana.
Una editorial les pidió a los hermanos Grimm que por
qué no hacían un libro con cuentos folclóricos. El objetivo de la publicación
de sus cuentos era la conservación de las historias, pero tenían que ser tal y
como se contaban en el pueblo (no como Perrault que era modificar), por tanto
debían ser fieles.
Una editorial les pidió a los hermanos Grimm que por
qué no hacían un libro con cuentos folclóricos. El objetivo de la publicación
de sus cuentos era la conservación de las historias, pero tenían que ser tal y
como se contaban en el pueblo (no como Perrault que era modificar), por tanto
debían ser fieles.
La editorial contrató a gente para que recopilara los
cuentos y los hermanos Grimm los editaban, es decir los leían y los modificaban
para que estuvieran bien escritos para ser publicados.
Publicaron la primera edición que se vendió enseguida,
por lo que se hizo una segunda edición revisada con más cuentos que
recopilaron, que también se agotó con lo que hicieron una tercera edición y
según se estaba vendiendo, llegaron a la editorial quejas de padres porque
había violaciones, incestos, etc. ellos contestaron que en ningún momento se
dijo que esos libros fueran para niños. Pero como las editoriales funcionan por
dinero les pidió a los hermanos Grimm que hicieran la segunda edición para
niños, ellos se negaron, pero al final accedieron y revisaron los cuentos
quitando algunas cosas (las madres malvadas pasaron a ser madrastras, quitaron
los incestos, las violaciones, etc.) por lo que se editó una tercera edición.
Con la que en la actualidad trabaja la mayoría de la gente.
Los hermanos Grimm son la mejor fuente para el
folclore europeo.
En esta misma época los hermanos Grimm no fueron los
únicos que recogieron historias del folclore oral y ponerlas por escrito.
Hoffman, era músico por lo que recogía cuentos y les ponía música, hizo “El
cascanueces y el rey de los ratones”.
En España en esta época también se recogen historias
pero en este caso, en la época romántica, la única persona que recoge cuentos y
textos folclóricos fue una mujer Cecilia Bölh de Faber y Larrea, que no era
española. Ella se interesó por cuentos infantiles y firmaba como Fernán
Caballero. Ella en concreto se interesó por las manifestaciones literarias que
se daban entre los niños (títeres de cachiporra). Esta no tiene tanto éxito
pero sí que sirve de inspiración para otros autores como Becquer con las
leyendas. Estas leyendas no son folclóricas son literarias, pero se inspiro en
las historias folclóricas.
La segunda mitad del S. XIX en Dinamarca aparece Hans
Christian Andersen. Para ganar dinero publicaba cuentos cortos en la
prensa, la mitad son literatura de autor, es decir, inventados por él y la otra
mitad son adaptaciones de cuentos folclóricos que había escuchado de pequeño y
que adaptaba a lo que a él le gustaba. Le gustaba leerle sus cuentos a los
niños (8-9-10 años), pero no le gustaba ser famoso por sus cuentos, sino por
sus obras de teatro.
El cuento típico de autor de Andersen “La pequeña
vendedora de fósforos”. Un cuento adaptado de él “La sirenita”.
Le gustaba escribir para los niños y leérselos, pero no tenía ni idea sobre el desarrollo del niño, el solo actuaba por su intuición.
A mediados de siglo XIX (Realismo), también hubo dos
representantes en España. Uno de ellos es Calleja (finales del siglo XIX monta
su editorial y escribe libros de autor pero no les dejaba firmarlos). La gente
escribía libros, pero seguían unos criterios (tenían un máximo de páginas,
temas, etc.)
Otro de ellos es sacerdote que firma como Padre Coloma
es como Andersen, escribía textos de autor y se dedicó a adaptar textos
folclóricos (de la tradición oral) para ser leídos por niños, lo escribía
enfocando a la religión para que los pequeños tuvieran fe.
El padre Coloma, su historia más famosa es la de una
ranita que quiere ser niña.
El no era experto en pedagogía ni en nada relacionado
con los niños, solo sacerdote, lo que le hacía especial era que donde había un
hada lo convertía en un ángel de la guarda, si había una bruja lo convertía en
un demonio, etc.
Como curiosidad: las hadas conforme las conocemos
las inventó Shakespeare
Así vemos como el folclore ha ido cambiando no solo
por el pueblo, si no por editoriales y autores que han ido recopilando todos
los cuentos.
Actualmente en el campo de la investigación y tesis se
investiga mucho el folclore. Después de Propp, son muchos los que han
estudiado el folclore. Estos buscan la literatura folclórica en su estado más
puro.
Igual que el ser humano necesita tener algo en que
creer por un motivo de supervivencia en el que esta creencia le hace más fuerte
psicológicamente también necesita por su propia naturaleza del disfrute, de la
belleza y del arte, de la imaginación, de la creación es decir de todo esto que
contamos sobre la literatura folclórica y de su evolución cómo varían los
gustos, representan épocas o cambian ideales pero siempre manteniéndose como
una característica innata y propia del ser humano.
Aunque lo califique de “característica innata”
(condición) he de decir, que puede, como todas las actitudes, fomentarse o
disminuirse, y la apreciación de la belleza es algo que se cultiva. Por tanto
en mi futura función de maestra intentaré que todos aprecien y disfruten,
aunque cada uno a su manera, la belleza, en este caso de la literatura.
En este bloque también vemos la simbología de los
cuentos folclóricos.
Los cuentos maravillosos son los que más han
interesado a los folcloristas (Caperucita roja, Blancanieves, Cenicienta…)
Los cuentos son populares, reflejan sueños, deseos y
sabiduría popular y como ya sabemos no son infantiles.
El 90% de los cuentos maravillosos, responden al
siguiente esquema:
· La
historia empieza en un núcleo familiar.
·
El/la protagonista por algún motivo sale del núcleo familiar.
· Está
obligado a superar pruebas durante un tiempo hasta que consigue un objetivo en
la vida y crea un núcleo familiar propio.
·
Todos los personajes tienen otros personajes que les ayudan a superar las
distintas pruebas.
Este recorrido refleja el paso de la infancia a la
adolescencia. El paso de superar las pruebas de la vida para ser felices, a
esto le denominamos viaje iniciático. A este viaje muchos folcloristas lo
denominan como la iniciación para ser adulto (ejemplo: presentaciones en
sociedad), pero si no superan las pruebas mueren. Estas pruebas pueden ser
positivas y negativas. (No rendirse y seguir adelante, enfrentarse al lobo…)
aparecen roles que en cualquier adaptación hay que conservar, que son los
ayudantes y los oponentes:
· Ayudantes:
ayudan al protagonista, pero no le resuelven todo. Puede haber de dos tipos:
o Reales: cazador
o Fantásticos: hadas, gato con botas
· Oponentes:
personajes que se oponen a que consigan sus metas. En los cuentos se reflejan
como una oportunidad para que el personaje madure.
Otro elemento son los dones que le van a ayudar de
forma mágica o no/ material o inmaterial. Que son simbólicos.
Los dones inmateriales son regalos que te dan en la
vida que también pueden ser negativos.
Para adaptar un cuento hay que dejar los patrones de
los personajes que hay en el cuento y puedes agregar personajes pero dentro de
la historia.
En mi experiencia en la escuela, la profesora de
inglés, hizo una especie de mini-representación de Caperucita Roja, otorgando a
cada niño uno de los personajes, de esta manera cada uno tenía claro la
influencia que ese personaje tenía en el cuento y de la simbología que
ofrecían.
En la simbología es donde encontramos una gran parte
del arte de la literatura, pues de la creación, de lo nuevo es de donde surge
algo tan importante como la evolución o la mejora de algo, ponemos a funcionar
el pensamiento y la creatividad. Al fin y al cabo contamos la realidad de
manera diferente, propia, personal, etc. Para aprender primero hay que
observar, por ello procuraré que mis niños puedan observar a través de esta
literatura folclórica las mil maneras que hay de contar la verdad, pues la
verdad es fluctuosa y aprender a expresarse con arte, una suerte, una
competencia.
Muy bien. Falta la crítica de tu experiencia en las prácticas (si se trabajaba o no la literatura folclórica y tu opinión al respecto y la aplicación de lo aprendido a tu futuro profesional.
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