En este
bloque hablamos sobre la hora del cuento, de las formas, maneras y los consejos
que necesitamos para transmitir lo mejor posible las historias en el aula.
Los clasificamos
en:
·
Libros de autor que son textos artísticos
(sin ser calificados como literarios, como vimos en el primer bloque) y hechos
para niños. Para que se puedan incluir en esta clasificación deben constar de ilustración
y estas deben ser enseñadas a los niños, pues las ilustraciones también son
arte.
·
Cuentos folclóricos: no son infantiles, como
ya hemos comentado anteriormente, por lo que o bien entramos una adaptación que
nos guste o los adaptamos nosotros. Al ser historias que en su origen se trasmitían
oralmente, hasta que se recopilaron por escrito, la mejor forma de contarlos es
como tradicionalmente se ha hecho, es decir, oralmente, sin leer.
Durante mi
experiencia en la escuela solo pude ver libros de autor. En ningún momento
aparecieron por allí cuentos folclóricos, mucho menos trasmitidos oralmente.
Hay tres
estrategias para trasmitir la literatura a los niños:
·
Narración con libro: En vez de leer
literatura se la contamos con nuestras palabras incluso lo inventamos según las
imágenes.
Se tiene que apoyar
siempre en las ilustraciones y hacer referencia de ellas mismas mientras se
está narrando. También se pueden cambiar las voces (pero no para que lo
entiendan mejor, si no para hacerlo más divertido e interesante).
·
Lectura: Supone reproducir
literalmente, lo que está escrito en un texto, haciendo alguna excepción si el
vocabulario no fuera el adecuado.
Cuando leamos textos a los
niños, aparte de pretender que disfruten con la literatura, es ser un modelo de
lectura, sobretodo en segundo ciclo de Educación Infantil. Ser un buen modelo
es ser un buen lector, poner énfasis en la lectura, leer con un ritmo adecuado,
hacer bien los signos de puntuación pero no exagerar hasta el punto de ser
ridículos.
En cuanto a las voces, no
deben de cambiarse a la hora de leer. Hay que elegir bien el libro porque no
todos se adecúan a la edad. Los más pequeños tienen que ver ilustraciones.
Algunas buenas ideas para
esta estrategia son por ejemplo escanear el libro en tamaños más grande para
que lo vean mientas lees el libro original o los “padrinos de lectura” en que
los niños más mayores (primaria) apadrinan niños más pequeños (infantil) y les
leen cuentos.
Esta iniciativa es
perfecta no sólo para iniciarse en la lectura o para perfeccionarla, dependiendo
del papel que tengas, sino también porque fomenta las relaciones entre ellos,
aunque he de decir que entre niños de la misma edad, de manera natural, tienen
tendencia para leerles los unos a los otros, en forma de juego. Los más
pequeños suelen enseñar las imágenes a los demás incluso se inventan las
historias que ven en las imágenes fomentando así la creatividad.
·
El cuentacuentos: Supone relatar una
historia sin apoyo visual para que se imaginen las escenas. Es la mejor
estrategia para los textos folclóricos. Al no tener apoyo visual fometamos la imaginación
de los niños, al ser ellos los que a través de las historias generan sus
propias imágenes. Para ser un buen cuentacuentos debemos preparanos bien la
historias, pues aquí no contamos con un apoyo si nos perdemos, aunque sea mucho
más divertido y nos ofrezca mucha más libertad. Lo interesante es la interacción
con los niños, que participen en el cuento (…” ¿y a que no sabéis lo que
paso?”).
Es donde más se gesticula
ya que no tenemos cuentos físicos para que se produzca empatía con los niños. Debemos
conseguir una buena conexión, trasportarles a la historia.
Como ya he
comentado en los bloques anteriores durante mi experiencia en la escuela solo
se leían los libros que los niños traían aleatoriamente y se hacía de la
siguiente manera: si daba tiempo al final de la jornada, en los últimos 10 min,
la maestra se colocaba en una silla y los niños hacían corro sentados alrededor
de ella, y leía el cuento de la forma más común y simple posible, leía lo
escrito tal y cual venia en el libro y después enseñaba las imágenes. Todo esto
a prisa y corriendo para irse a casa. A veces no terminaba las historias y en
otras ocasiones solo mostraba las imágenes, pues también los libros llegaron a
ser hasta enciclopedias.
Además de la
hora del cuento, podemos hacer actividades con los niños, antes, durante y
después de la lectura. Estas actividades están pensadas para jugar con el niño,
acercarle a la literatura, hacer que se divierta pero sin pensamiento de hacer
actividades a modo de comprensión lectora.
·
Antes: Debemos crearles
expectativas, intriga a los niños, que tengan ganas de que les contemos la
historia y para ello podemos hablarles sobre lo que trata el libro y fomentar a
que se expresen sobre el tema que vamos a leer, si quieren contar alguna
historia personal (en esta etapa muy frecuentemente quieren hablar sobre sus
experiencias pues ellos son el centro de su mundo), haciendo así que sean
protagonistas, se involucren y creen la curiosidad necesaria para que se
impliquen más en la historia y disfrutando realmente. Pues la predisposición ante
cualquier cosa en la vida puede marcar el rumbo de los acontecimientos.
·
Durante: En las tres estrategias debemos buscar la interactuación con los
niños. En el cuentacuentos es con la que más podemos interactuar con ellos,
haciendo gestos, movimientos, etc. Al no tener libro, ni soporte visual,
debemos ofrecerles espectáculo. En la narración con libro también se puede
interactuar con ellos, aunque en esta estrategia no es conveniente hacer
gestos, ya que contamos con el aporte visual del libro o las imágenes. La
lectura es la estrategia que
menos permite la interactuación. Pero en todas ellas debemos tener presentes un
contacto visual, mirarles a los ojos.
·
Después: Cómo ya hemos dicho
anteriormente las actividades, sobre todo las de después del cuento, no son
para evaluar la lectura o la comprensión de la historia, para ello ya contamos
con materiales didácticos. Lo que pretendemos con estas actividades es que los
niños nos cuenten cómo han vivido la experiencia literaria, que les ha parecido
la historia, sí les ha gustado o no, porqué, etc.
Por lo que
hasta ahora he contado sobre mi experiencia es evidente que esto no se daba
pues todo era en el último momento a prisa y corriendo.
Todo lo
aprendido en este bloque me parece de suma importancia. Aprender a saber dedicar
el tiempo, la calma y el deleite, la preparación, etc. que merece la hora del
cuento, es esencial en infantil.
Y todo esta
importancia para la hora del cuento se debe a algo que tienen muy presente los
niños y que en muchas ocasiones olvidados cuando crecemos, que es un gran mundo
imaginario. La imaginación hace que seamos libres, que podamos ir a donde
queramos, que creemos cosas nuevas, nos hace soñar y aun más nos hace pensar. Pues
al imaginar los niños sienten y esto les capacita a expresarse y por tanto a
crear. Con la creatividad a flor de piel, conseguimos que elementos que
previamente no tenían conexión constituyan un todo, creando algo con nueva y
propia identidad, pensando.
Por todo
ello, será una obligación en mi futura profesión tener bien estudiada esta hora
maravillosa del cuento. Gracias a este bloque he podido aprender las pautas
necesarias que me llevarán a poder hacerlo posible.
Perfecto.
ResponderEliminarRecuerda que es imprescindible compaginar las tres estrategias porque cada una de ellas tiene sus propios objetivos particulares aunque existan muchos comunes.