En este primer
bloque hemos aprendido las bases fundamentales que necesitamos para poder
hablar de literatura. Para ello empezamos haciendo una gran distinción entre lo
que significa literatura infantil y libros infantiles de autor. A priori y con
total desconocimiento, podríamos pensar que no puede existir una diferencia tal
que haga que cada una tenga una agrupación y una intencionalidad diferente y
que por tanto no se le puede dar el mismo uso.
Empezamos
describiendo el significado de cada una de las palabras que componen libros
infantiles de autor:
·
Libros: hace referencia al formato, cuento hace referencia al contenido (relato
breve narrativo).
·
Infantil: se considera literatura infantil hasta los 12 años.
·
De autor: producido por alguien (uno o varios) aunque sea anónimo.
Hasta ahora dentro
de esta “sección” denominada libros infantiles de autor podríamos meter
muchos ejemplares, pero todo cambia cuando definimos literatura infantil.
Hacemos alusión por tanto a la definición de literatura la cual se describe
como una de las 8 bellas artes y por tanto su intencionalidad es meramente
artística. Otro criterio que debe cumplir un libro para que sea literario es
que tiene que pertenecer a uno de los tres géneros (narrativa, verso o teatro).
Además usa la función del lenguaje estética o poética para provocar un efecto
en el lector. Como último requisito los textos literarios tienen que ser
ficción, sea fantasía o no, nunca puede ser un hecho real.
Hay textos que sólo
cumplen algunos de estos criterios y se denominan paraliterarios. Normalmente
no cumplen con la finalidad, haciendo libros didácticos o moralizantes y con el
criterio de ficción, siendo biografías o ensayos.
Después de esta
detallada descripción podemos hacer un uso mucho más adecuado en el aula de los
libros que allí se puedan presentar, pues siendo conocedores de sus cualidades
podemos exprimirles mejor el aprendizaje que estos nos ofrecen (uso la palabra
aprendizaje extendiendo su máximo significado, pues aprender es también valorar
la belleza si lo que usamos en un libro literario o bien algo en concreto como
pueda ser la alimentación con un libro de paraliteratura).
Haciendo referencia
a mi experiencia en la escuela infantil puedo afirmar lamentablemente que si se
eran conocedores de estas distinciones no hacían ningún uso de ellas pues los
libros que se leían eran los que lo niños traían, sin ningún tipo de criterio o
selección, pues los que había en clase no eran renovados y no se hacían ningún
uso de ellos, además puedo añadir que la recopilación de los libros que allí
estaba no es que fuera escogida con mucho detalle.
También en este tema
vemos un poco de la historia de la literatura para niños o mejor dicho de cómo
comenzó.
La literatura
popular surge en el pueblo y se desarrollan en él. Se transmitía oralmente pues
la gente del pueblo era analfabeta y sus historias eran contadas por todos y
para todos, es decir los niños también escuchaban y reproducían esas historias
aunque no fueran ni dirigidas ni adecuadas para ellos.
El folclore en verso
estaba ligado al juego y por tanto este si iba dirigido a la infancia.
En el s. XVIII se
comienzan a escribir y entre este mismo siglo y el s. XIX se comienza a
escribir todo. Estos textos son publicados y comprados por lo niños aunque no
fueran dirigidos a ellos.
La literatura de
autor comienza en la Edad Media, en esa época las personas que sabían leer eran
los clérigos o personas adineradas y normalmente lo hacían en latín.
Los niños solían
leer textos sagrados o textos para niños (10 años) que se llamaban ejemplarios
y castigos. Estos son colecciones de parábolas y apólogos (fabulas pero con
personas) y siempre encaminadas para moralizar.
A finales del XVII
principios de XVIII se crea la primera librería infantil en Inglaterra, donde
se publicaba abecedarios en inglés, textos ejemplarizantes. Aunque allí no se
vendería literatura para niños fue el primer comienzo pues se empieza a pensar
en ellos más determinadamente y por tanto es un punto clave para la historia de
la literatura infantil.
En el siglo XVIII
los niños se escolarizan un poco antes (7-8 años) y empiezan a nacer más
colegios, también colegios para los pobres, es decir, colegios para hijos de
obreros.
Antes del siglo
XVIII es literatura moralizante y después se crean cosas del entorno de
números, de palabras, etc.
A finales del siglo
XIX principios del siglo XX, con la revolución industrial se crean máquinas que
abaratan costes para hacer libros.
En España aparece
una editorial que marca un punto de inflexión en la literatura infantil creada
por Saturnino Calleja.
Los cuentos de
Calleja son paraliteratura porque o bien son textos folclóricos o textos para
educar en valores a los niños (moralizantes). Los personajes son niños
estereotipados, no hablan como niños ni se comportan como niños, que no son
reales y dependiendo del apodo sabías si les iba a pasar algo bueno o algo
malo, es decir, calleja defiende un niño ejemplar.
Hasta esta época
todos los textos se centran en lo que queremos conseguir del niño y no en lo
que el niño necesita para desarrollarse adecuadamente. Parecen aprovechar bien
el éxito que estos libros tienen entre los niños para que aprendieran
“modales”, pues en la época la mayoría espera ansioso la publicación de una nueva
historia.
El primer libro que
tiene como protagonista una niña real, que se comporta como una niña y habla
como tal, es Celia de Elena Fortún. Elena quiso crear libros para ellos siendo
completamente innovadora en medio de una especie de despotismo en la que se
escribían libros para niños pero sin contar con él. Y no sólo podemos
calificarla de original y decidida, sino que independientemente de su buena
intención sabía bien cumplir con su cometido pues Celia pasó de generaciones y
para mí como para muchos, se convirtió en un recuerdo precioso que marcó
nuestra infancia.
En los años 40 se
crean historias en la radio, con sonidos, distintas voces, música etc. A esto
se les llamaban seriales, que las habían para hombres, mujeres y para niños.
Uno de estos episodios era Antoñita la Fantástica que luego debido a la fama
pasó a formato libro y se quedó como coletilla para muchas madres y abuelas,
como en mi caso que no sin saber bien quien era desde bien pequeña supe de su
existencia debido a la frase de: “ hija mía, pareces Antoñita la fantástica”.
La primera serie de
libros totalmente ilustrados son los libros de Mari Pepa.
Luego más tarde
salieron los libros troquelados, que son libros que no son cuadrados si no que
son libros con formas de la caratula.
Hasta los años 80
los libros siguen siendo moralizantes. En los años 70 nace en Italia un libro
“Oliver Button es una nena” que trata el tema de los niños diferentes. A partir
de aquí nace como tal la literatura para niños. En los años 90 hay un boom y se
crean los álbunes de imágenes (libros con imágenes)y a partir de aquí se crean
libros para pre-lectores.
También hablamos del
uso de los géneros literarios en infantil, comenzando por el más usual que es
la narrativa, a los niños les gusta mucho las historias y en lo que más hay
escrito es en prosa debido a su evolución.
La narrativa para
niños se comienza a escribir en verso en la antigua Grecia porque tiene
ritmo y así se diferenciaba de lo demás. Los textos se separaban en narrativo
(historias), lírico (sentimientos) y dramático (imita la realidad).
En la Edad Media se
empieza a utilizar las distintas lenguas y pautas que utilizaban los griegos.
La diferencia se establece en el contenido.
En el siglo XVI la
literatura se descuelga y nace la prosa. Por un lado se establece la prosa y
por otro el verso (que puede ser lírico o épico), además de seguir existiendo
el verso narrativo. En esta época la lírica es todavía en verso.
En el siglo XIX se
empieza a hacer teatro en prosa con la corriente realista y perdiendo el ritmo
que tenía cuando era en verso.
En el siglo XX
tenemos el teatro en prosa, la narrativa en prosa y verso y la lírica en verso.
Cuando hablamos de
teatro infantil pensamos en la infinidad de representaciones teatrales que
existen pero no existen libros escritos por una evidente justificación y es que
no están suficientemente desarrollados como para entender el género dramático,
así que hasta segundo ciclo de primaria no se introduce.
Las representaciones
teatrales son un recurso muy utilizado y muy positivo en infantil, pues la
representación de una obra requiere no sólo concentración y memoria sino de
habilidades mucho más interesantes como el trabajo en equipo o la autoestima y
el autoconcepto y además de todo ello nos divertimos y jugamos.
Mi opinión sobre el
teatro no coincide con lo visto en la escuela infantil en la que pude tener mi
primera experiencia, pues el único teatro que se realizó fue el que hicimos las
chicas que estábamos allí de prácticas, tal y como nos lo proponía se podía
deducir que era un hecho único y casual. Además en el no intervenían lo niños,
aunque si fue cuidadosamente realizado para ellos.
La poesía ha estado
siempre en la escuela, entendiendo que antes infantil se entendía como los 6
años. Pero esta poesía no tenía nada que ver con la psicología del niño.
Estaban escritas por adultos y con sus sentimientos por lo que los niños no
podían sentirse identificados. Gloria Fuertes viendo que las poesías para niños
no eran para tales se fija en las nursery rimes inglesas para hacer sus
poesías. Estas rimas tienen como características que son textos cortos, con
gracias absurdas y rimas fáciles y sonoras.
Este tipo de poesía
supone un cambio completo en la poesía infantil del siglo XX, pues si la poesía
busca la belleza en la expresión es mucho más sencillo contemplarla y
apreciarla si se entiende y te identificas con el contenido. Aunque he de añadir
que como niña que leyó a Gloria fuertes debo reconocer que lo más interesante
era lo divertido que resultaba lo absurdo, a día de hoy creo que puedo decir
casi lo mismo.
Viendo la evolución de los géneros literarios dirigidos a la infancia apreciamos a simple vista que según vamos avanzando, vamos atendiendo más las necesidades de los niños. Por tanto ahora y solo ahora somos consecuentes con lo que hacemos, pues un recurso tan utilizado en infantil como es la literatura de la cual buscamos conseguir variopintas finalidades debe ser cuidado como se merece si deseamos obtener resultados positivos, aunque simplemente sea para reunirnos, para contemplar, para emocionarnos o solamente para pasar un rato divertido porque ¿acaso existe algo que le quite importancia a la diversión?
Por tanto siendo
consecuente con esta mi opinión, procurare que los libros que se utilicen en mi
aula estén bien estudiados y analizados, intentado siempre hacer el uso que se
merecen que no es otro que la diversión, el entretenimiento o quizás la
emoción, transmitiendo así la apreciación de las artes a los pequeños, como
función principal de los libros, aunque en ocasiones me sean útiles para alguna
que otra reflexión o aprendizaje.
En este sentido podría ampliar esta conclusión a
todo lo que espero de mi como maestra, pues si una maestra no sabe que es lo
que pretende sacar, puede o debe de los niños, es una maestra a la deriva.
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